domingo, febrero 20

Mi abuelo Margarito

Mi abuelo perdió la fuerza, la voz, veinte kilos, la autonomía, el pelo, el vigor, los dientes, la palabra, la vista. Perdió, básicamente, la batalla contra el irrefrenable paso del tiempo. A Margarito le quedó una sola cosa: la sonrisa. Así acomoda, a veces, la naturaleza, las prioridades humanas.

9 comentarios:

pispiration dijo...

Dan ganas de devolverle la sonrisa. Te quiero.

Gustavo Avilés dijo...

Clara demostración de entereza. Animo!

Manolo Mugica dijo...

Que hermoso. Sonreí.

Anónimo dijo...

¡qué hermoso esto! y ¡qué hermosa alma sensible tienes!

desearía a mi lado tener gente que compartiera algo similar

Kleitoris Eremítico dijo...

Algún día, todos llegaremos a viejos, espero que todos sonriamos.

Isidro dijo...

Pocas letras se necesitan, las palabras sobran :) ... saludos prima!

Queridita dijo...

Ojalá me toque una nietecita como tú.

Anónimo dijo...

Te vi en la calle, cada dia estas mas guapa

miss.yeloou dijo...

Que lindo pensamiento!