jueves, octubre 9

La música que me gusta



Mucha gente escucha música distinta todo el tiempo. Bandas recién descubiertas, cantantes que grabaron su primer disco este mes. A esas personas las admiro porque yo no puedo hacer eso. Desde hace veinte años me muevo únicamente entre dos polos, que son John Lennon y Silvio Rodríguez. Dos polos que no son contrarios. En medio de ambos, caben dos decenas de músicos, mis favoritos, a los que vuelvo siempre.
Estuve pensando en eso y concluí que hay ciertas características que comparten todos los músicos que viven adentro de mi corazón. ¿Por qué escribir sobre ellas? Pues, ¿por qué no? Aquí van, enlistadas:
Cuando están enojados, están muy enojados. Dice Lennon que el instant karma va a venir por ti, y que te va a pegar en la cabeza, y que mejor estés preparado porque pronto estarás muerto. Dice Silvio que lo vienen a convidar a tanta mierda, y dice también que la rabia es su vocación. Y Fito Páez se pregunta, la puta madre que lo remilparió, ¿por qué nos cuesta tanto el amor?
Son melancólicos, la saudade permea en sus espíritus ultrasensibles. Dice Lennon que hay lugares y personas que recuerda y que seguido se detiene y piensa en ellos. A Serrat le pesan la posibilidad de que sus hijos sufran y que las agujas avancen en el reloj. Silvio se pregunta a dónde va la sorpresa casi cotidiana del atardecer.
Conocen el mundo en el que viven. No son ingenuos. Lo denuncian, les parece mal. Fito habla del tiempo en el que nadie escucha a nadie, del tiempo en el que todos contra todos. Silvio habla de su deseo de cambiar cada cuerda por un saco de balas. Calle 13 dice que América Latina es un cuerpo sin piernas pero que camina.
Les duele el mundo. Esta tristeza empática queda lejos de la simple molestia individual. Ellos invitan a hacer comunidad. Silvio dice que si un día vuelve cansado, sucio de tiempo, sin para amor, es que regresa del mundo, no del bosque, no del sol. Ismael Serrano dice que le afectan las cotidianas tristezas: la de los supermercados, la del metro y las aceras. Rubén Blades llama a que vayamos todos adelante para juntos terminar con la ignorancia que nos trae sugestionados.
Encuentran la belleza, la valoran, la reproducen. Ven esperanza en donde otros solo ven fatalidad. Creen que ese mundo todavía se puede cambiar. Con todo y la podredumbre, están seguros. Aquí viene lo que para mí es lo más importante: la música que más me gusta está hecha de esperanza. Silvio dice que el día feliz está llegando. George Harrison dice que ahí viene el sol. Passenger dice que, si todos nos iluminamos, ahuyentaremos esta oscuridad. Fun dice que en nuestro día más oscuro, el sol aparecerá y encontraremos nuestro camino a casa. Sabina dice que más de cien pupilas donde vernos vivos son más de cien motivos para no cortarnos de un tajo las venas.
Y otra cosa. Todos ellos, mis favoritos, mis compañeros de viaje, no solamente creen que el mundo sí se puede cambiar, también conocen un camino para lograrlo. Este camino es el amor, no hay más. Para Lennon, todo lo que necesitas es amor, y el amor que das es igual al que recibes. Fito cree que fuimos hechos para herir, pero el amor nos salva. Regina Spektor cree que si amas lo que tienes, tendrás más amor. Y Silvio, mi querido Silvio, se dice ciudadano del amor y afirma con conocimiento que solo el amor convierte en milagro el barro y que el problema, señor, sigue siendo sembrar amor.


2 comentarios:

Ministry of Silly Walks dijo...

La música que nos salva.
(Me sentí muy identificada)

Amiguiz dijo...

Muchas gracias por leer, tu frase me encantó, eso es justo lo que quería decir.